Diario de Lyodrán. Aprendiendo del mundo y de los hombres
miércoles, 10 de febrero de 2010
EL REGRESO
Un nuevo día amanece...
El Sol despierta de su letargo...
Aquí estoy, la Serpiente que vuela...
He regresado, la espera terminó...
Yo, Lyodrán, dragón de la antigua estirpe de los Dragones de Rosslyn, descendiente de una gran generación ya extinta -eso creo-, perteneciente a la familia conocida como "Los Siete Dragones de Inverness", he vuelto al mundo mortal y a continuar mi vida con "La Que Vive Conmigo", después de dejar el territorio que ocupa mi nueva existencia, para visitar mi antiguo hogar y mis viejos amigos, esperando, siempre esperando, a que mi historia vea la luz del sol.
Pero "La Que Vive Conmigo" anda ocupada, muy ocupada, con sus cosas y sus amigos; a mi vuelta, me sorprendió, la muy canalla, diciéndome:
-Lyodrán, empaqueta tus cosas, nos vamos.-
-¿Nos vamos?...¿Cómo que nos vamos?.
-No preguntes, por favor, nos vamos.
Mi rostro, ya de por sí feo -más que feo, fiero y agresivo-, se contrajo en una mueca aún más fea, fiera y agresiva; mis fosas nasales empezaron a exhalar humo negro de gas metano (¿o carbono?), no sé, confundo los gases...
Lo único cierto, es que La Que Vive Conmigo me dejó... confundido...
Me retiré a un rincón y empecé a resoplar. Mis escamas de reptil refulgieron de tal modo que su primigenio color rojo fue tornándose a dorado, producto de un enfado sin igual como no recuerdo haber sentido antes.
...Y ahora... ¿debemos dejar todo atrás?... -le pregunto a La Que Vive Conmigo-.
-Sólo lo que no nos no resulte imprescindible. Lo inútil, los malos recuerdos, lo que nos traiga a la memoria lo infelices que fuimos alguna vez, todo ello debemos tirarlo a la basura, desprenderlo de nuestro corazón.-
-Dáme tiempo, le respodí a mi otro yo. Dáme tiempo.
-No queda tiempo ya, es hora de marcharnos...
Sus palabras, sus suaves palabras, provocaron una gran convulsión en mi recién llegada persona, animal, a este mundo mortal. No sabía cómo reaccionar; pero sus ojos, sus ojos color de los mares de este infinito mundo, me tranquilizaron y convencieron de que debíamos partir; hacia un nuevo mundo, un nuevo amanecer de serenidad, donde mi historia sería por fin contada, con infinita paciencia y sabiduría -eso creo otra vez, al menos confío en que así será-.
La historia de Lyodrán, mi historia...
Pronto comenzará, desde sus inicios, o así lo espero...
LYODRAN, el Dragón.
Publicado por Carolina en 14:38 3 Pensamientos de los Maestros
Etiquetas: El Comienzo, El Regreso, Lyodrán, Orígenes
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