Sigo aquí, en la Tierra, compartiendo mi existencia con los humanos y aprendiendo de ellos.
Observo y asimilo las enseñanzas que me transmiten, lo bueno y lo malo, pues de todo ello entiendo cómo es la vida en este mundo.
Aunque me queda mucho por conocer, gracias a los esfuerzos de la que vive conmigo empiezo a comprender que la vida no consiste en grandes logros y hazañas, aunque algunos las realizan, sino que la vida abarca un sinfín de pequeñas cosas que hacen que vivir merezca la pena.
En mis dos primeros mensajes fui negativo y ésa era mi intención, porque he de hablar de lo malo. Hoy quiero dar un giro y hablar de lo bueno, de esas pequeñas cosas que he aprendido a través del Halcón y de su día a día.
Y estas son algunas de las pequeñas-grandes cosas que hacen de este mundo un lugar maravilloso y que tanto le gustan a la que vive conmigo:
- Levantarse todos los días. Es de por sí un esfuerzo enorme saber que empieza un nuevo día y que hay que enfrentarse al mundo, a la rutina diaria, al trabajo y a las personas, que no son buenas ni malas sino diferentes y que se debe tener en cuenta que la Tolerancia debe estar presente en todas las relaciones humanas. Aunque observo que si uno se encuentra con un auténtico energúmeno lo mejor es darse la vuelta y practicar la indiferencia, nunca enzarzarse en discusiones que no conducen a nada.
- Asomarse a la ventana. Tanto si luce el sol en lo que será un día radiante como si llueve o está nublado, hay que sonreir. ¡Es un nuevo día y estás vivo! No importa lo que te espera afuera, la suerte es de los que salen a buscarla.
- Tomar el primer café del día. No existe nada mejor para "ponerse las pilas", aunque el que prefiera otra cosa, adelante! Sobre gustos no hay nada escrito.
- Tomar una buena ducha. Mantener limpio el cuerpo es tan importante como mantener el espíritu en las mismas condiciones. Dejar caer el agua sin abusar, pues hay escasez en el planeta.
- Salir a la calle y saludar a los que te encuentres. El saludo es gratis, no se lo niegues a nadie, igualmente agradece los detalles, pues dicen que el infierno de desagradecidos está lleno.
- Lee cuanto puedas. Es un ejercicio maravilloso, pues estimula el intelecto y la imaginación, entrena tu memoria, culturiza y te ayuda a comprender lo que no entiendes, te hace ser tolerante y mejor persona. Aprende a través de los libros.
- Si te gusta el cine, revisiona los clásicos. Las imágenes también enseñan y estimulan y no solo el séptimo arte consiste en las últimas novedades. En casa, cada navidad siempre volvemos a ver ¡Qué bello es vivir!.
- Respeta a los que son diferentes a tí. Los prejuicios son obstáculos al aprendizaje. No juzgues ni serás juzgado y aprende de los que son más sabios que tú. La coexistencia entre razas diferentes ayuda al desarrollo de todos y conduce al entendimiento entre los pueblos. Sé abierto y comprensivo.
- Respeta a los animales. Compartimos un mismo espacio y nuestra existencia depende de su función y trabajo. Son útiles al hombre y muchos dependen de ellos para sobrevivir. Realizan labores sociales, acompañan al hombre en su soledad y dan lo mejor de sí mismos sin esperar nada a cambio. Piensa que todos llevamos un animal dentro, encuentra el tuyo y sigue a su espíritu.
- Habla con las personas. No puedes conocer a la gente si no conversas y nunca rechaces una conversación con nadie, pues hasta de la persona más necia se aprende. Si te encuentras con alguien que sabe más que tú, pregúntale y no te avergüences si no sabes, es mejor parecer tonto durante cinco minutos que ser tonto toda la vida. Y si alguien sabe menos que tú, no te rías de él sino enséñale lo que sabes y contesta a sus preguntas, comparte tus conocimientos y creced juntos.
- Ama la vida. La vida es corta y no sabemos cuándo terminará la nuestra. El tiempo pasa muy deprisa, atesora los buenos momentos y olvida los malos. Perdona a los que te ofenden y deja a un lado la hipocresía, la falsedad en las relaciones conduce a la mentira y al desprestigio. No tiene por qué gustarte todo el mundo ni tú tienes por qué gustarles a todos, sería aburrido y no nos aportaría nada nuevo ni interesante. Somos diferentes, así que escoge bien a tus amigos, pocos y buenos, y piensa que el que presume de tener muchos, en realidad no tiene ninguno.
- Conócete a tí mismo. No es fácil y a veces no sabemos cómo hacerlo. Fíjate en tus gustos, tus aficiones, y desarróllalos. Prueba también lo malo y lo que te disguste, solo así podrás realmente escoger y serás tú mismo. Sé libre y que nadie te coarte, nunca tengas miedo de decir lo que piensas, aunque mide tus palabras, pues es fácil herir a los más sensibles.
- Ama a pesar de todo y di siempre "te quiero". Aunque el amor se de por hecho, refuérzalo con estas palabras. Ensanchan el corazón de quien las recibe, le hace sentir grande y con fuerzas para enfrentarse al mundo y le hace también amar a los que le rodean. Sé generoso y expresa lo que sientes, no esperes a que otros lo hagan porque puede que no dispongas de otra oportunidad.
Esta es una muestra de esas pequeñas cosas que estoy aprendiendo en esta convivencia diaria con el Halcón. Somos diferentes, somos antagónicos casi, pero nos abrimos el uno al otro y aprendemos, paso a paso.
La vida no es fácil pero debemos vivirla y la mejor forma de hacerlo es ayudándonos entre todos.
No nos escondamos y salgamos a la luz del sol, respiremos profundamente y sonriamos al mundo.
Lyodrán, El Dragón.