miércoles, 9 de diciembre de 2009

MENSAJE DE NAVIDAD DE LYODRÁN




"...Abro mis ojos al cielo infinito...

... dejo atrás la eterna oscuridad...
...el Halcón desvía mi primer vuelo... "









Aún no he nacido.
Aún debéis esperar mi primer aliento, mi primer vuelo.
Pero como Inteligencia existente aún antes de mi primer suspiro, sabéis que existo, que soy real.
Por ello mi pensamiento vuela hacia a vuestras mentes, y soy, existo porque El Halcón me dió Vida. Yo soy Él, Él es yo.
Esperáis el relato de mi nacimiento, lo tendréis.
Pero tengo que saldar muchas deudas de honor antes de contaros el hecho de mi paso por este mundo.
Abro mis fauces y exhalo humo gris de mi garganta...

Antes de contar mi historia, atisbo de la cual habéis contemplado en otros momentos,quiero realizar un paréntesis, crear un espacio sin tiempo, suspendido en el Universo, para deciros que sigo alerta... que contemplo todos vuestros movimientos y que mantengo mi voz clara para deciros lo mucho que me entristece contemplar la degeneración que sufre la Madre Tierra.

Por ello, aún antes de haber nacido, quiero enviar un nuevo mensaje a la Humanidad:
Besaros y abrazaros, pero aseguraros de que nadie vuelva a casa sin un gesto de cariño, sin una sonrisa.
Acordaros que existen personas más desafortunadas que vosotros y que no tienen ni un miserable trozo de pan que llevarse a la boca.
Recordad a los Inocentes, a los niños que mueren por falta de asistencia médica, ésa de la que los humanos os quejáis todos los días.
Recordad, que por cada especie animal que se extingue, muere un poco más el Ser Humano, animal que debe compartir su existencia con los llamados "inferiores".

Antes de nacer y contar mi historia, he sido testigo de muchas injusticias.
He hablado sobre ellas.
Espero que el Hombre reflexione... porque el Gigante dormido está preparado para despertar...
LYODRÁN

viernes, 2 de octubre de 2009

VALINWELL





...Un rugido en el valle...
...Las nubes ocultan el Sol...
...El aullido del Lobo...
...Penetra en el corazón...




Mi sexta hermana... la segunda hembra...





Valinwell vio la luz treinta minutos después de que lo hiciera Windor y yo, en ese instante, ya había perdido la noción del tiempo respecto a los nacimientos de mis primeros hermanos, sólo recuerdo que el frío fue reemplazado por un temblor proveniente del interior de las montañas próximas a nuestra madriguera.

El rojo e insólito resplandor de la extraña luz que acompañaba al nacimiento de todos y cada uno de los miembros de nuestra camada se hizo sentir deslumbrante, al compás de los aullidos de los lobos del valle, intermitente y poderoso.
Las escamas de Valinwell asomándose y destacando en el blanco cascarón del huevo, fueron el reflejo y la premonición del fuego que dominaría nuestra existencia, del poder de la naturaleza actuando a través de nosotros.

Valinwell aspiró el aire que la rodeaba y escuchó la llamada del lobo que la poseía, que la dominaba, dotándola de un valor y un atrevimiento sin límites.
Mis hermanos ladearon sus cabezas, mirándola, esperando su próximo movimiento.
Kandarea, mi madre, volvió a sonreir, pletórica, orgullosa de contar entre su camada con una nueva hembra fuerte, inteligente, pero sobre todo valiente y capaz de dirigir a sus hermanos en los momentos de desánimo, otorgando, con su coraje el último aliento de entrega en la batalla final.

La hembra más valiente de la estirpe de los Siete Dragones de Inverness había visto la luz.
Su poder traspasó las paredes de la madriguera, provocando un suave lamento que escapó de su garganta, con un sonido infrahumano que ocultó el aullido salvaje de los lobos del valle.

Valinwell olfateó el frío aire de la cueva y vislumbró su posición en la camada. Su sentido jerárquico le indicó que debía retraerse, buscando el último lugar en cuanto a su relación con su madre y hermanos.

Pero eso sería por el momento, hasta que la gran estrella Antares, o su propio espíritu, le indicaran lo contrario...

martes, 22 de septiembre de 2009

WINDOR




...Un viento helado sopló en el mundo...
...La piel del oso se quebró y se abrió...
...Una serpiente nació del hielo...




Mi quinto hermano...



Windor vio la luz ocho minutos después de que lo hiciera Brianwell, y el tiempo se detuvo... un frío aterrador alcanzó a mi madre y a mis hermanos en el mismo instante en que se rompió el cascarón blanco y brillante que protegía al dragón más grande que contempló jamás esta tierra. Su boca se abrió dejando escapar un suave murmullo, como el reclamo de un osezno a su madre, pero de su garganta asomó un vaho blanco, helado y neblinoso.

La blanca nube formada por su primer aliento se mezcló con la roja luz insólita propia del nacimiento de nuestra camada, dotando a las frías paredes de nuestra cueva de un tono rosado y acogedor a pesar del hielo desprendido por el huevo al romperse.

Mi madre no supo de dónde provenía el frío inaudito que se sintió con la llegada de Windor.

Mi quinto hermano estiró sus extremidades y miró el entorno que lo rodeaba... sus azules ojos parecían pedazos de un mar en mitad del hielo desolador , solitarios, independientes, dotándole de una personalidad única y temible.
Mis hermanos temblaron y buscaron el calor de mi madre, enroscándose bajo sus protectoras escamas.
Dorgán miró al pequeño, desafiante, y Tarcareth asomó su hocico tras mi hermano mayor, observando curioso.
Vernadath suspiró inquieto y erizó su pequeña cola en punta de flecha.
Brianwell fue la única que se acercó al recién nacido y levantando la mirada al cielo rugió con furia.

Windor permanecía impasible ante las reacciones de mis hermanos y, poco a poco, todos fueron acercándose a él formando un círculo a su alrededor.
Windor los miró a todos con sus grandes ojos azules, uno por uno, y abrió sus pequeñas fauces de las que emanaron densas nubes blancas de humo.

El dragón más fuerte de la camada extendió sus alas transparentes y las batió fieramente.

Un viento helado se apoderó de la madriguera...

domingo, 20 de septiembre de 2009

BRIANWELL




...El Dragón surca el Cielo, majestuoso y bello...
...El Águila poderosa se cruza en su vuelo...
...El rey Sol los une para siempre...



Mi cuarta hermana... la primera hembra...


Brianwell vio la luz diez minutos después de Vernadath, cuarenta minutos después de que lo hiciera mi hermano Dorgán, el mayor, y treinta y ocho minutos después que Tarcareth. Segundos antes, la cáscara del huevo contiendo su frágil cuerpo se convulsionó y tembló presagiando la nueva vida inquieta que se escondía en su interior.
Mucho antes de que se asomara a este mundo, sus ojos, mitad verdes, mitad negros, miraron con curiosidad el exterior a través de la primera grieta producida en el blanco y duro cascarón protector.

Quería saber más antes de dejar sentir su presencia... su cerebro de serpiente pensaba deprisa, desarrollando una inteligencia muy superior a la que era habitual en un reptil de sus características.
A lo lejos, vio reflejado su rostro en un rostro familiar, conocido y hermoso... mi madre, Kandarea, la miraba con los mismos ojos de color de las verdes tierras escocesas y de la negra noche de los tiempos.

La mirada de Brianwell se hizo más intensa. El verde superó al negro y quiso la Vida que los colores se integraran con la luz insólita que desprendían sus escamas, otra vez esa luz... roja, brillante, premonitoria de un destino unido a la Historia de nuestra Tierra y nuestra familia.

La hembra más temible que vió la luz jamás miró a su alrededor y rugió, mostrándose al mundo. Mis tres hermanos mayores detuvieron sus movimientos, atónitos, asombrados y, sobre todo, admirados de la fuerza e inteligencia que se extendía por el espacio de nuestra cueva. Todos se acercaron a ella para mostrarle respeto a la que, intuían, sería la más grande, a la poderosa e imperturbable Brianwell, todos, excepto mi madre.

Kandarea la miró desde lejos y exhaló humo negro de sus fosas nasales mientras se formaba entre sus fauces una sonrisa de triunfo...

Por fin había nacido su heredera...

domingo, 13 de septiembre de 2009

VERNADATH




...La Supervivencia de la especie...
...depende de una gran estrategia...
...el animal nace de las zarpas de la bestia...
...Dragón con piel de Zorro...


Mi tercer hermano...



Vernadath vió la luz treinta minutos después de que lo hiciera Dorgán, el mayor, y veintiocho minutos después del segundo de mis hermanos, Tarcareth.
El vínculo existió desde ese momento entre las tres serpientes voladoras, alumbrando con aquella luz inusual que nos acompañaba en nuestro nacimiento todos los oscuros rincones de nuestra grandiosa y confortable madriguera.

El vínculo existía, pero no tan intenso como entre los dos hermanos mayores, los cuales olisquearon los trozos del huevo blanco que había albergado hasta entonces a Vernadath, el astuto e inteligente, el dragón estratega, el pensante y decidido observador del mundo, aquel que asimila conocimientos, el que desconfía y el que decide el camino.

Vernadath abrió sus pulmones al aire helado, respiró, y observó de reojo entrecerrando sus pequeños ojos, cómo jugueteaban sus hermanos, revolcándose en la cálida superficie de tierra previamente caldeada por nuestra madre que nos colmaba de caricias y calor.

Tarcareth tropezó, enredándose en su larga cola terminada en punta de flecha mientras jugueteaba con Dorgán, haciéndole caer al mismo tiempo arrastrándolo junto a sí, riendo sibilinamente. Ese instante lo aprovechó Vernadath para acercarse a mi madre y buscar cobijo bajo su inmensa estructura, anhelando más calor.
Desde esa privilegiada posición siguió observando los juegos de mis hermanos, aprendiendo sus movimientos y memorizando sus estrategias.

Vernadath cerró los ojos y aspiró el tierno aroma de mi madre.
El día de su nacimiento aprendió muchas cosas...

miércoles, 9 de septiembre de 2009

TARCARETH



"...La Pantera acecha en la oscuridad...
... los acontecimientos se suceden deprisa...
...ella observa el futuro...
...sus manchas se confunden con las escamas del Dragón..."



Mi segundo hermano...



Tarcareth vió la luz dos minutos después de que lo hiciera Dorgán, y peleó, terriblemente, por romper la barrera protectora del duro cascarón, buscando, anhelando el aire turbio y húmedo de nuestra tierra, alzando su nariz hacia el cielo, intentando abrir sus verdes ojos de reptil al mundo.

Sabía que era el segundo de una gran estirpe a los pocos instantes de nacer, y así lo asumió, sus sentidos se agudizaron para percibir el mundo exterior, comprendió y aceptó de inmediato el liderazgo de Dorgán, postrándose con sus raquíticas patas de murciélago ante su hermano mayor.


Dorgán se inclinó sobre él, bajo la atenta mirada de mi madre, Kandarea, y lo olisqueó dándole suaves empujones para comprobar su fuerza. Ambos hermanos se miraron y sostuvieron una muda lucha sin palabras. Se retaron en silencio, sin violencia, como dos seres que empiezan a conocerse y jugaron revolcándose en el suelo húmedo.

Tarcareth comprendió que se hallaba ante el líder de su pueblo.
Dorgán comprendió que se hallaba ante un valioso compañero, cuya importancia como miembro de la estirpe reconoció y dió valor a su instinto silencioso y felino.

Tarcareth se agitó feliz, y sus rojas escamas brillaron con la luz insólita que nos acompañaría a todos los miembros de nuestra familia.
La madriguera volvió a iluminarse de vida y poder.
Pero aún no había terminado todo...

lunes, 7 de septiembre de 2009

DORGÁN



"... El León encierra al Dragón...
... lo acorrala, lo acosa y lo domina...
el Dragón lo enfrenta y lo mira...
... son Dos en Uno solo..."



Mi hermano mayor...

Dorgán vió la luz a la hora de las brujas, en la noche de los muertos en tránsito, acompañado de una niebla blanca y tupida, cortada en un suspiro por sus garras abriéndose paso a través del huevo que lo protegía del frío invernal.

Sus rojas escamas protectoras de su escuálida estructura relucían en la oscuridad de nuestra madriguera, símbolo del poder del linaje de los dragones centroeuropeos y de su fuerza y ferocidad. Su piel desprendía una luz insólita, la misma que nos acompañaría al resto de la camada en nuestro nacimiento.

Su primer aliento convirtió en calor el hielo que cubría nuestro hogar, tímidos espasmos de un pequeño fuego que escapó de su garganta, premonición de lo que sería capaz de ser y sentir, de destruir y proteger. Su alma, dominada por el León, feroz y felina, reinó desde el principio en nuestro pequeño universo, dictando las leyes que regirían nuestro mundo y nuestra misión, estableciendo así su liderazgo en nuestra familia que perdudaría mucho tiempo...

Dorgán estaba predestinado a ser nuestro líder tras la muerte de Althair, mi padre, siguiendo la llamada de la semieterna Antares, estrella protectora de nuestro linaje, cuya directriz asumimos desde nuestro nacimiento, a la que seguiríamos incluso hasta la muerte, y a la que obedeceríamos ciegamente, para proteger a nuestra Sagrada Cruz, Rosslyn, la cruz de la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo.

A medianoche nació Dorgán, el Heredero, el futuro líder de nuestro pueblo, el Protector y Guardián de nuestro mundo, el que asumiría con autoridad el mando de la estirpe de los Siete Dragones de Inverness...

sábado, 8 de agosto de 2009

LOS SIETE DRAGONES DE INVERNESS


...La sangre mueve el corazón...
La Estirpe de la Rosa mueve el Dragón...
...Los siglos de lucha mueven la Nación...
El Universo oculta la Sinrazón...









El día de mi nacimiento vino marcado por la brillante luz de Antares, estrella dominante en la mágica constelación del Escorpión, nada que ver, por tanto, con el conjunto de estrellas del Dragón, qué ironía. Fui dotado, pues, con una mortífera cola acabada en punta de flecha simulando al letal aguijón del insecto terrenal, cosas de la Genética.

Mi madre, Kandarea, sintió la llegada de los futuros dragones la víspera del 1 de Noviembre, la noche mágica de los muertos en tránsito, viajeros de otra dimensión dotados de espíritus mágicos y alegres, disipadores de tinieblas y antiguas creencias, seguidores de la brillante y semieterna Antares, alumbrando los caminos oscuros y tenebrosos del más allá.

Mi madre tuvo un largo parto, expulsando siete huevos, mis hermanos y yo, todos protegidos por el duro cascarón blanco y brillante como la nieve que caía en ese oscuro día de otoño.

Durante la siguiente semana, después de una esmerada y cuidada incubación, fuimos naciendo uno tras otro:

Dorgán, fuerte como el león.
Tarcareth, silencioso como la pantera.
Vernadath, astuto como el zorro.
Brianwell, inteligente como el águila.
Windor, frío como el oso polar.
Valinwell, valiente como el lobo.

Y, por último, nací yo, Lyodrán, último macho de mi especie después de cuatro hermanos y dos hermanas, en este mundo aterrador, frágil y temeroso de ver la luz, pero ávido de conocimientos, sin un vínculo animal que definiera mi existencia... hasta donde yo sabía y conocía...

Lo único que supe en ese instante de luz es que llegamos a este mundo siete dragones fuertes, herederos de una sabiduría que se escapaba entre nuestras rojas escamas, sabiduría que permanecería intocable hasta su expansión definitiva encarnada en una cruz eterna y olvidada...

La Cruz de Rosslyn, protegida desde entonces por los Siete Dragones de Inverness, cuyo nombre adoptó nuestra estirpe por siempre y para siempre...

sábado, 1 de agosto de 2009

ORÍGENES



...la vida es la batalla más difícil...
amar el reto más encantador...
una vez dentro ya no hay regreso...






Ya os lo dije, soy un dragón y nací durante lo que los humanos llamáis la Alta Edad Media. Soy un animal mitológico porque el hombre así lo dispuso, negando nuestra existencia real por pura conveniencia, ignorando nuestras gestas y haciéndolas suyas, relegando a los de mi especie a un inmerecido lugar fuera de la Historia.
Soy un dragón de raza centroeuropea pero mis orígenes se remontan a los antiguos dragones celtas que poblaron el sur de Europa en una época convulsa envuelta en la Ignorancia, la Superstición y la supervivencia del más fuerte, rodeada de verdades a medias, una época en la que la Religión y la Mentira dominaban a los hombres, perdida toda cordura y pensamiento propio, hombres sin hogar, sin futuro, sin esperanza, anhelando una probable vida mejor que nunca llegaría...

Ví la luz del sol el año 900 de la Era de Nuestro Señor, año draconiano 2.899, en la lejana Inverness (Inbhir Nis en gaélico escocés), capital de las Highlands o Tierras Altas de Escocia, un lugar remoto y alejado de la cuna de mis antepasados en
Magyar Köztársaság, la actual Hungría.

Por aquel entonces, los humanos se dividían en clanes, guerreros poderosos que luchaban por el dominio de las tierras, utilizando cualquier arma conocida, ideando uniones entre las más poderosas familias, en una guerra donde todo era válido, y esos pedazos de tierra en litigio significaban para algunos más que su propia vida, dispuestos, por tanto, a sacrificarla en aras de añadir unos metros más de terreno a sus propiedades.

Mi padre, Althair, era el líder de nuestro pueblo y había llegado desde su lugar de orígen, Budapest, en la lejana Hungría, buscando un nuevo espacio para vivir los de nuestra especie. A él le siguió mi madre, Kandarea, hija de Bilthor, dragón originario del norte de España, de un lugar llamado "Finisterre", que significa "fin de la tierra", término en latín que prefiere utilizar debido a su avanzada edad, puesto que es cosa de la Genética expresarnos en lengua muerta cuando envejecemos.

Mi abuelo es el dragón más sabio de todos cuantos han existido jamás y su hija, mi madre, aportó la sabiduría de su familia y su belleza draconiana a la fuerza y fiereza del linaje de mi padre.

Nací de un huevo, me gusta recordarlo, y soy escocés...

Mi madre siguió a mi padre en su viaje buscando una vida mejor, pues Hungría se hallaba deprimida por su lucha para ser reconocida como reino cristiano y estar sometida a la tutela papal, lucha encabezada por el pagano Vajk, después llamado San Esteban.

Mi madre, pues, demostró ser una hembra inteligente, escogiendo al dragón más fuerte de su entorno, para alumbrar hijos dignos de la herencia mágica de los dragones, procreando luchadores de fuego que no temieran a la nueva y dura vida que pronto atraparían sus ojos de grandes reptiles...

Estos son los orígenes de la estirpe de los Dragones de Rosslyn, los Siete Dragones de Inverness...

sábado, 25 de julio de 2009

EL INICIO




"Y esto que les he escrito, podría ser suficiente para satisfacer a cualquier hombre razonable de que existen serpientes voladoras y dragones en el mundo"


(Edward Topsell, 1658)




Vivo entre dos mundos...
Mi corazón se debate sin tregua, sin paz...

He de hablaros del Inicio, del principio de esta Historia, del Encuentro, de la Genética, de La Que Vive Conmigo, todo en mayúsculas, por respeto...

Nací en pleno apogeo de la Alta Edad Media, pronto sabréis en qué lugar, en unos tiempos oscuros en los que predominaban la Sinrazón, la Magia y las Artes Ocultas, la búsqueda de la Piedra Filosofal, la Intolerancia y el Fanatismo.
Era éste un mundo en guerra, cruel y conquistador de riquezas ajenas, un mundo en el que Hadas, Elfos, Gnomos, Orcos y otras criaturas fantásticas poblaban las Tierras donde ahora habitáis vosotros, ignorantes de una vida que ni en sueños podíais imaginar, donde todo era posible y accesible, lejos, muy lejos de vuestra realidad.

Un mundo donde existían Caballeros, donde el Honor de una Dama era del todo punto incuestionable, defendida en el Juicio ante Dios y ante los Hombres por la lucha de Guerreros con espada, a muerte, la vida por la mujer venerada.

Un mundo en el que valía la pena vivir y morir, pues tan altos ideales imperaban capaces de dar la vida por ellos, sin cuya existencia no hubiera sido posible que llegara a existir la realidad conocida, realidad forjada a sangre y fuego, cual preciada espada de un Caballero, deseada, temida, en torneos de respeto y servidumbre, lealtad y sumisión.
Honor, Caballería, Leyes de Vida y Muerte, Guerreros legendarios, Hechizos y Brujería.

Todo ello existió hace mucho, mucho tiempo...

Y así comienza mi historia, mi vida y mi pensamiento....

sábado, 18 de julio de 2009

TERCER MENSAJE DE LYODRÁN AL MUNDO



Soy un animal, nací de un huevo y soy un dragón.

Y sabéis muchos de vosotros, los que me conocéis desde mi nacimiento, que aprendo las cosas de este mundo gracias a la que vive conmigo.

Soy un animal pero no soy tonto.

Veo lo que ocurre en este mundo y estoy enfadado, he llegado a amenazar con arrasar esta tierra con una llamada a los de mi especie.

Y no lo hago. Me contengo...

Después de un tiempo ausente visitando mi mundo, he vuelto al espacio de los humanos. Mis sentimientos son contradictorios, me ahogo en un mar de confusión.

Intento comprender el por qué del exterminio de mis semejantes, diferentes en especie, pero únicos en una gran familia animal.

Por qué se asesinan mamíferos para vestir pieles que valen fortunas, focas del ártico, zorros, visones, muertos, no para subsistir el hombre, sino únicamente por su pelaje.

Por qué se asesinan a los supervisores de los mares indiscriminadamente, masivamente, hasta provocar su extinción, cuando su sónar es es el que avisa de los peligros a los navegantes. Aguas en las que nadan delfines, son aguas seguras, dicen los marineros. Ballenas que vigilan y limpian los mares, grandes aliados pero masacrados contínuamente.

Por qué se experimenta con seres vivos causándoles dolor y sufrimiento, conejos, cobayas, simios, qué diablos le importa al hombre abandonarlos después a su suerte cuando ya no sirven a sus crueles objetivos.

Por qué se producen matanzas de perros si antes no se supo controlar su reproducción. Dios de este mundo, me duele el corazón y mis llamas producen humo negro de puro dolor...

No entiendo por qué los gobiernos de este planeta no escuchan a los sabios pueblos que, siglo tras siglo, nos alertan y avisan de que nuestra supervivencia consiste en nuestra comunión con la Madre Tierra, con la Naturaleza y con su existencia, con el respeto a la vida, siguiendo un círculo "razonable" de matar para sobrevivir y no para enriquecerse.

Me provoca un caos en mi persona la poca experiencia con los humanos, y el tener conocimiento de que los hombres son capaces de cualquier cosa si con ello satisfacen sus egoístas intereses, sin saber ellos que por cada especie animal que se extingue en la Tierra, significa un paso atrás en la evolución, hasta alcanzar un punto de "no retorno", aquél que provocará la extinción de la raza humana y acabará con la vida en el planeta Tierra.

Porque, lo queramos o no, la supervivencia humana depende de la existencia de los Animales.

La que vive conmigo me cuenta que en África existe un proverbio que dice: "El día en que desaparezca el último animal sobre la faz de la Tierra, estará el hombre condenado a desaparecer".

Yo sé que es cierto, ocurrió en mi mundo pero nadie lo cree, porque incluso nadie cree que yo exista en verdad. Soy un animal mitológico pero vivo en los corazones de las personas inocentes de corazón y sentimientos, que creen que los sueños y los buenos deseos pueden llegar a ser una realidad.



Y os aviso: cierto es que el Hombre necesita a los Animales para sobrevivir. Es Ley de Vida, pues el animal fue creado para servir y ayudar al hombre, y éste le debe respeto y agradecimiento.

Sin ellos no existiríamos, seríamos parias mendigando por un trozo de pan a las bestias más feroces y fuertes que nosotros.

Es la Ley de la Naturaleza.

Así, que, seamos agradecidos, mostremos respeto a los que conviven con nosotros y no seamos tan egoístas...

O volverá a despertar el gigante dormido...

Lyodrán, El Dragón.

sábado, 30 de mayo de 2009

APRENDIENDO DE LA VIDA




Sigo aquí, en la Tierra, compartiendo mi existencia con los humanos y aprendiendo de ellos.
Observo y asimilo las enseñanzas que me transmiten, lo bueno y lo malo, pues de todo ello entiendo cómo es la vida en este mundo.

Aunque me queda mucho por conocer, gracias a los esfuerzos de la que vive conmigo empiezo a comprender que la vida no consiste en grandes logros y hazañas, aunque algunos las realizan, sino que la vida abarca un sinfín de pequeñas cosas que hacen que vivir merezca la pena.

En mis dos primeros mensajes fui negativo y ésa era mi intención, porque he de hablar de lo malo. Hoy quiero dar un giro y hablar de lo bueno, de esas pequeñas cosas que he aprendido a través del Halcón y de su día a día.

Y estas son algunas de las pequeñas-grandes cosas que hacen de este mundo un lugar maravilloso y que tanto le gustan a la que vive conmigo:

- Levantarse todos los días. Es de por sí un esfuerzo enorme saber que empieza un nuevo día y que hay que enfrentarse al mundo, a la rutina diaria, al trabajo y a las personas, que no son buenas ni malas sino diferentes y que se debe tener en cuenta que la Tolerancia debe estar presente en todas las relaciones humanas. Aunque observo que si uno se encuentra con un auténtico energúmeno lo mejor es darse la vuelta y practicar la indiferencia, nunca enzarzarse en discusiones que no conducen a nada.

- Asomarse a la ventana. Tanto si luce el sol en lo que será un día radiante como si llueve o está nublado, hay que sonreir. ¡Es un nuevo día y estás vivo! No importa lo que te espera afuera, la suerte es de los que salen a buscarla.

- Tomar el primer café del día. No existe nada mejor para "ponerse las pilas", aunque el que prefiera otra cosa, adelante! Sobre gustos no hay nada escrito.

- Tomar una buena ducha. Mantener limpio el cuerpo es tan importante como mantener el espíritu en las mismas condiciones. Dejar caer el agua sin abusar, pues hay escasez en el planeta.

- Salir a la calle y saludar a los que te encuentres. El saludo es gratis, no se lo niegues a nadie, igualmente agradece los detalles, pues dicen que el infierno de desagradecidos está lleno.

- Lee cuanto puedas. Es un ejercicio maravilloso, pues estimula el intelecto y la imaginación, entrena tu memoria, culturiza y te ayuda a comprender lo que no entiendes, te hace ser tolerante y mejor persona. Aprende a través de los libros.

- Si te gusta el cine, revisiona los clásicos. Las imágenes también enseñan y estimulan y no solo el séptimo arte consiste en las últimas novedades. En casa, cada navidad siempre volvemos a ver ¡Qué bello es vivir!.

- Respeta a los que son diferentes a tí. Los prejuicios son obstáculos al aprendizaje. No juzgues ni serás juzgado y aprende de los que son más sabios que tú. La coexistencia entre razas diferentes ayuda al desarrollo de todos y conduce al entendimiento entre los pueblos. Sé abierto y comprensivo.

- Respeta a los animales. Compartimos un mismo espacio y nuestra existencia depende de su función y trabajo. Son útiles al hombre y muchos dependen de ellos para sobrevivir. Realizan labores sociales, acompañan al hombre en su soledad y dan lo mejor de sí mismos sin esperar nada a cambio. Piensa que todos llevamos un animal dentro, encuentra el tuyo y sigue a su espíritu.

- Habla con las personas. No puedes conocer a la gente si no conversas y nunca rechaces una conversación con nadie, pues hasta de la persona más necia se aprende. Si te encuentras con alguien que sabe más que tú, pregúntale y no te avergüences si no sabes, es mejor parecer tonto durante cinco minutos que ser tonto toda la vida. Y si alguien sabe menos que tú, no te rías de él sino enséñale lo que sabes y contesta a sus preguntas, comparte tus conocimientos y creced juntos.

- Ama la vida. La vida es corta y no sabemos cuándo terminará la nuestra. El tiempo pasa muy deprisa, atesora los buenos momentos y olvida los malos. Perdona a los que te ofenden y deja a un lado la hipocresía, la falsedad en las relaciones conduce a la mentira y al desprestigio. No tiene por qué gustarte todo el mundo ni tú tienes por qué gustarles a todos, sería aburrido y no nos aportaría nada nuevo ni interesante. Somos diferentes, así que escoge bien a tus amigos, pocos y buenos, y piensa que el que presume de tener muchos, en realidad no tiene ninguno.

- Conócete a tí mismo. No es fácil y a veces no sabemos cómo hacerlo. Fíjate en tus gustos, tus aficiones, y desarróllalos. Prueba también lo malo y lo que te disguste, solo así podrás realmente escoger y serás tú mismo. Sé libre y que nadie te coarte, nunca tengas miedo de decir lo que piensas, aunque mide tus palabras, pues es fácil herir a los más sensibles.

- Ama a pesar de todo y di siempre "te quiero". Aunque el amor se de por hecho, refuérzalo con estas palabras. Ensanchan el corazón de quien las recibe, le hace sentir grande y con fuerzas para enfrentarse al mundo y le hace también amar a los que le rodean. Sé generoso y expresa lo que sientes, no esperes a que otros lo hagan porque puede que no dispongas de otra oportunidad.




Esta es una muestra de esas pequeñas cosas que estoy aprendiendo en esta convivencia diaria con el Halcón. Somos diferentes, somos antagónicos casi, pero nos abrimos el uno al otro y aprendemos, paso a paso.
La vida no es fácil pero debemos vivirla y la mejor forma de hacerlo es ayudándonos entre todos.
No nos escondamos y salgamos a la luz del sol, respiremos profundamente y sonriamos al mundo.

Lyodrán, El Dragón.

sábado, 9 de mayo de 2009

NUEVO MENSAJE DE LYODRÁN AL MUNDO


Por qué el mundo abraza la Muerte, si tanto la teme y se olvida de la Vida, don de los dioses? Por qué rechaza la Luz y acepta las Tinieblas cuando fuimos creados como Hijos del Sol?

Por qué no puedo entender este Mundo, ciego de ambiciones e intereses económicos?. Por mucho que intente explicármelo la que vive conmigo, no alcanzo a comprender a los Humanos, seres ambiguos, egoístas, irracionales, contradictorios, y sin embargo, capaces de enamorarse, de luchar por lo que desean, por lo que es justo y dispuestos a dar la vida por lo que aman.
Por qué es tan difícil vivir sin molestar a los demás, dejar que tomen sus propias decisiones y se equivoquen, que afronten la vida y busquen soluciones?

No comprendo por qué se sacrifican vidas para vestir pieles, inocentes, blancas y puras, por qué se acosa a los mamíferos de los mares, vigías del mundo submarino, por qué se realizan experimentos con seres vivos en función de conseguir una estética acorde con la hipocresía que permite al ser humano adoptar una pose y una cara que no le pertenece.
Que San Jorge me asista, si al final a todos se nos ve nuestra verdadera apariencia! El Tiempo, tan sabio, no hay verdad que no pueda ocultar ni secreto que no pueda sacar a la luz.
Cuidad de vuestros hogares, de vuestros hijos, la virtud se esconde y los defectos se acaban mostrando.

Adoradores del becerro de oro, gobiernos sin conocimiento, dejad a un lado vuestra egolatría, permitid que los cielos se limpien para que podamos volar en ellos y no me provoquéis, pues lanzaré una llamarada al cielo, clamaré a los vientos y empezará el caos... Y sabréis lo que es despertar a un gigante dormido...

LYODRÁN, El Dragón

jueves, 7 de mayo de 2009

EL HALCÓN Y EL DRAGÓN, DOS SOMOS UNO Y EL RESTO ES COMPAÑÍA



El Halcón y el Dragón, menuda combinación, insólita y algo rara pero así es la vida. Yo no busqué un compañero de viaje, sino que vino solo, un buen día lo encontré y se quedó a mi lado. Nunca pensé compartir mis pensamientos y mucho menos mi vida con semejante animal, grande y vanidoso como ninguno pero con un corazón y unos sentimientos grandes como su estructura física.

De él aprendo a marchas forzadas, cuestión de convivencia y de esfuerzo por parte de ámbos para acoplar nuestras vidas, tan diferentes y sin embargo, tan complementarias, que no puedo vivir contigo pero sin tí tampoco.
Y así el Halcón encontró un compañero de vuelo, Lyodrán, mi alter ego, cuya existencia es fruto de horas a solas con mi imaginación, al cual le cuento cómo va la vida y el mundo real.

Las opiniones de Lyodrán son mis opiniones y yo hablo a través de él y él lo hace a través de mí. Somos dos en uno, vosotros, los que nos leeís, sois nuestra grata y querida compañía.
Carolina es el Halcón, Lyodrán es el Dragón, animal mitológico y amigo imaginario que todos sabéis, no existe en realidad... o si?

jueves, 23 de abril de 2009

DIARIO DE LYODRÁN SOBRE EL DÍA DE SANT JORDI


Ayer fue un día intenso. La que vive conmigo me dijo que no era un día para que yo paseara por mis anchas por la Ciudad, ya que, siendo un dragón como ya todos conocéis, quizá no resultara conveniente, y me contó la leyenda de Sant Jordi y el Dragón.
Yo la conocía, pues mis antepasados la transmiten de generación en generación como ejemplo de lo que no debe ser el comportamiento adecuado de alguien de mi especie, ya que, la mayoría de nosotros, somos muy respetuosos con la raza humana. Y yo, además, convivo con una de ellos como ya todos sabéis.
Así que, a pesar de los sabios consejos de la que vive conmigo decidí por mi cuenta vivir esa intensa festividad que es Sant Jordi desde lejos: desde el cielo que me brinda protección y desde donde puedo vislumbrar lo que sucede en el mundo terrenal de los humanos.
Por tanto, abrí la buhardilla donde tengo mi morada, aspiré el aire caluroso que se avecinaba y extendí mis alas, cuya gran envergadura casi echa abajo uno de los tabiques maestros de la casa. Con respecto a lo cual hube de determinar un poco de desviación hacia a la derecha en la inclinación primaria de mis dos alados miembros, y calculando la trayectoria dada por el vector paralelo a la hipotenusa del cuadrado del despegue inicial, sumado a la velocidad del viento, alcé el rumbo ascendente a los cielos de la ciudad de Torredembarra, primera parada de la que vive conmigo y de su compañera de aventuras Belén, hermana de sangre y de letras.
Estas fueron mis observaciones:
1º- No es un día cualquiera. Los humanos están excitados, se acercan como moscas y con pasos nerviosos a los puestos de rosas y libros.
2º- Los humanos son seres muy indecisos, pasan mucho tiempo observando y no compran nada. Sólo miran...
3º- La que vive conmigo y Belén se encuentran para tomar un café y hablan sobre... libros!
Aprovecho y me voy a la costa a descansar y a tomarme un respiro. No sé cuánto dura el ritual del café. Qué hago?. Vuelvo a alinear los vectores de vuelo y despego...
Ah! ya salen, y se dirigen a los puestos de libros. Miran, remiran, y la que vive conmigo encuentra un par de libros sobre Nativos Americanos, que necesita. Sé que le apasiona ese tema, el apodo del "Halcón" surgió de su admiración sobre ese pueblo y por el respeto que su cultura profesa por ese primo mío alado. Y siguen mirando...
Vuelven a tomar un café. Será que sin ése ritual no pueden sobrevivir, supongo, y entonces se van a tomar una cervecita y a comer, otro ritual.
Cuando terminan suben a un carro extraño con ruedas y ponen rumbo a Tarragona, antiguamente "Tarraco", una de las más importantes capitales del Imperio Romano, y donde se conservan innumerables huellas del pasado y olores de tiempos remotos.
Por fin llegamos al espacio abierto, la gran Rambla Nova llena de gente, y cientos, miles de libros esperando... Vuelven a mirar y de pronto surge el libro esperado, el buscado. Belén encuentra los suyos y las dos se sienten como mujeres "realizadas" que han alcanzado sus objetivos.
Conclusiones:
1º- Los humanos, no todos, se vuelven locos el día de Sant Jordi.
2º- La causa de su locura son, sin duda alguna, los libros.
3º- TODOS adoran al Dragón pese a la leyenda, y es protagonista de infinidad de libros. (Bien!)
4º- Los humanos acaban con otro ritual de relajación que consiste en tomar una cerveza en una terraza mientras se hacen fotos con los libros que han comprado, mientras observan a los castellers ir a plaza (pit i amunt!) a toque de gralla de fiesta, y un dragón y su Sant Jordi van lanzando piruletas al personal.
El día está acabando... mis amigas hacen sus últimas compras. La que vive conmigo decide volver a casa y yo me voy a esperarla antes de que llegue. Le daré un abrazo y le pediré que me enseñe los libros que ha comprado.
Ha sido un día largo, intenso y emotivo, en el que hemos convivido todos, humanos, dragones, rosas y libros. ¡Vive Dios!, hermoso mundo...
Y yo seguiré observando y conviviendo con los humanos. Ahora sé que la leyenda es sólo eso, leyenda, y que yo ya tengo mi lugar entre ellos, porque formo parte de su cultura y de su historia.
Amén
Lyodrán

miércoles, 22 de abril de 2009

SANT JORDI, EL DRAGÓN, LA ROSA Y EL LIBRO





Sant Jordi para los catalanes, San Jorge en castellano, tiene su día grande hoy 23 de Abril, día en que nosotros, aquí en Catalunya celebramos el día de la rosa y el libro y que nos regalamos los unos a los otros en señal de amor, amistad o por pura afición a la lectura. El por qué de esta tradición se debe a que un 23 de Abril de 1616 quiso el destino o la casualidad de que murieran los dos escritores más grandes que ha dado la literatura: Miguel de Cervantes y William Shakespeare.

Para los que nos gusta leer es un día muy hermoso: las ciudades y pueblos se llenan de puestos callejeros donde conviven, muy juntos, rosas de distintos colores donde predominan las de color rojo, que simbolizan la sangre del dragón de la que brotó un rosal de ese color cuando Sant Jordi lo atravesó con su espada, y libros diversos para todos los gustos y edades.

Hoy será un día intenso. He quedado con Belén para tomar un café y planear el día. Paradas obligadas, Torredembarra, dónde vivimos, y por la tarde Tarragona, cuya Rambla Nova se llena de color y fiesta. Vamos a por libros, adornaremos la casa con una rosa roja y Lyodrán hoy se quedará en casa. No puedo llevar a un dragón a pasear un día como hoy, aunque él no sea el que mató Sant Jordi. Feliz día!!

viernes, 3 de abril de 2009

MENSAJE DE LYODRÁN AL MUNDO


No me gustan los humanos. Vivo con una de ellos pero no me gustan. Por ello intento mantenerme apartado y mostrarme a unos pocos. No soporto la masacre contínua a los que se ven sometidos los que pertenecen a mi familia, aunque sean distintos a mi especie. Si no decido llamar a los míos y arrasar este planeta del que los hombres se sienten los dueños, es porque sé que aún quedan pueblos sabios entre ellos que nos defienden a nosotros, los animales, quienes razonamos mucho más que el llamado "animal racional", puesto que únicamente somos capaces de matar por nuestra pura y necesaria supervivencia.
Mi compañera con la que vivo me ayuda a conocer lo que los humanos llaman la "Tierra", planeta que pertenece a un cierto sistema solar denominado la "Vía Láctea", y en el que se supone que toda forma de vida debería convivir en paz y armonía.

No es cierto.


El objetivo de la coexistencia entre razas distintas, en las que ninguna debería considerarse superior a las demás, es la ayuda mútua que unas pueden brindar a las otras, el aprender de la sabiduría de los que son diferentes podría ayudar al desarrollo de las
demás.

Pero el hombre no lo entendió así.


Sólo quiso aprovechar lo que le dió la gana para su propio beneficio, rompiendo el círculo de la vida, dando al traste con el equilibrio natural de las cosas, iniciando, sin saberlo, su camino hacia la autodestrucción.

Pero según he aprendido de las cosas que me cuenta la que vive conmigo, aún existen pueblos sabios respetuosos con la Madre Tierra, pueblos que afirman que en el preciso momento en que provoquemos la desaparición del último animal sobre la faz de la Tierra, estará la raza humana condenada a desaparecer.

Propongo entonces al mundo llamado Tierra un Pacto de Vida, un Tratado Interracial. Respetémonos los unos a los otros, hombres y animales, ayudémonos en beneficio mútuo sin más interés que el de la propia supervivencia. Hagamos de este mundo un lugar donde convivir aprendiendo hasta alcanzar la Sabiduría, aquella que la Madre Tierra siempre nos quiso mostrar.
Porque toda forma de vida es sagrada y tiene un sentido único que la hace existir, que interactúa con las demás y las complementa, las hace crecer y perfeccionarse, las impulsa en el necesario salto evolutivo hasta alcanzar el grado máximo de conocimiento, comprensión y entendimiento.

Únicamente el respeto mútuo entre especies puede evitar el fatal desenlace de este planeta, quizás pueda abrir las puertas al mundo que nos estaba predestinado desde el principio de los tiempos. Quizás nos lleve al abrazo del Gran Espíritu, cuya llamada hemos desoído durante largo tiempo, a unir nuestras almas con el aliento de la vida que nos fue generosamente donada, y sentir el inmenso latido del Universo en nuestros corazones, donde todo ser vivo tiene su lugar, estallándo en un mar verde de esperanza y un cielo de infinitos colores....
....Que así sea....
Lyodrán.


miércoles, 1 de abril de 2009

AHORA HABLO YO



Por fin se me permite ver la luz.
Soy Lyodrán y nací de un huevo como muchos otros animales inferiores a mí.
Soy el antepenúltimo de mi especie, siempre existirá otro que dirá que es el penúltimo o el último, pura fanfarronería.
Nací de un huevo y soy un dragón.
Soy un animal mitológico, un ser fantástico, y destilo un veneno combustible que me permite exhalar potentes llamaradas que son mi suspiro y mi manifestación de vida.
Soy Lyodrán, soy un dragón y... estoy de okupa.
No sé cómo ocurrió, bien, sí lo sé, pero no kiero akordarme kómo llegó eso de ser okupa. La verdad es que forma parte de otra historia, yo únicamente puedo dar gracias a San Jorge que me permitió crear mi nido al calor de un ser humano sin que mi naturaleza llegara a generar un conflicto irremediable, que debo admitir, hubiera sido lógico de necesidad, pues no es muy normal que digamos que hombres y dragones lleguen a convivir en paz y armonía como nosotros hemos conseguido.

El día en que vine al mundo mi especie ya estaba al borde de la extinción. Cuando salí de mi cascarón establecí de inmediato un vínculo extraordinario con mi madre y el resto de mis hermanos de camada, como dicta la Genética (con mayúsculas, por respeto); aunque yo aún no era consciente de las leyes de la Madre Naturaleza, sentí ese vínculo arraigándose profundamente en mi interior, traspasando mis escamas como un rayo de luz potente y vibrante.
Así nací a la vida y maullé como un gatito para atraer la atención de mi madre (aún lo hago cuando quiero conseguir algo), extendí mis raquíticas alas de murciélago, transparentes y frágiles y supliqué que crecieran fuertes para alzar el vuelo algún día. Sin ellas sabía que no podría sobrevivir.

Soy un Draco Magnus Occidentalis, un dragón europeo, pero odio decir mi nombre en latín porque sé que cuando sea viejo sólo hablaré en esa lengua, como mi abuelo. Es cosa de Genética, por lo tanto juré un día que hablaría en cualquier otro idioma, que para eso domino unos cuantos para envidia de muchos.
Soy guapo y no admito opiniones en contra. No porque sea vanidoso, que lo soy, sino porque mi naturaleza no me permite dar la razón así como así a quien cree que soy feo, además de que me produce acumulación de metano en la laringe y fuertes expulsiones de humo negro por mis fosas nasales, todo ello claro está, debido a la pérdida de paciencia.
El color de mis escamas es de un rojo pasión que recuerda a las fresas silvestres. Y soy grande, muy grande y pesado, al menos eso es lo que dice la que vive conmigo, y lo dice con una ironía que no sé si se refiere a mi peso o a la contundencia con que defiendo mis ideas.



Soy un tipo genial pero si me llevan mucho la contraria saco mis armas para defenderme, aquellas con las que me dotó la Genética: garras, púas y sobre todo mi larga cola terminada en punta de flecha. Pero los que me conocen saben que soy muy democrático cuando tengo razón y no se me contradice.

Me gusta pasear por la playa y buscar conchas de almejas para mi colección, pero más me gusta la felicidad que siento cuando pienso en el aperitivo que se esconde dentro de ellas. Lo que me fastidia soberanamente es la arena que se me pega a las pezuñas, pues tardo casi una semana en desprenderme los restos que quedan metidos entre los pliegues de mi soberana y grandiosa estructura andante.

A veces me retiro al mar, a mi cueva de meditación, excusa que pongo para que me dejen tranquilo un tiempo y se olviden de mí puesto que necesito un poco de espacio e intimidad. Sobre todo espacio, pues yo es que ocupo mucho, obviamente. Ésa es la versión que cree la que vive conmigo, ya que en realidad mi cueva es la entrada al mundo de donde vengo y al que pertenezco. Y la que vive conmigo se lo cree. La muy tonta.
Es tonta, pero la quiero.

domingo, 15 de marzo de 2009

SOBRE LYODRÁN_ Y la Genética


Sacarlo a la luz fue liberarme de un pesado lastre. Mantenerlo oculto flaqueaba mis fuerzas.
Quién puede retener en la sombra a un animal de 14 metros de largo, 4.92 metros de altura, lleno de escamas, púas, cola en punta de flecha y color rojo "pasión".
Lyodrán es un dragón. Un animal mitológico pero, creedme, muy real. Es pesado por su tonelaje y bastante más pesado por su charlatanería y tozudez.
Aunque es rojo -por su color, no tiene más inclinaciones políticas que el vivir en una especie de llamada "Democracia Autoritaria", es decir, él acata las decisiones de la mayoría salvo cuando cree tener razón, entonces la mayoría debe acatar sus decisiones-, algunos de sus congéneres pueden ser de color verde, negro o dorado. Yo creo que existen algunos híbridos con otros colores por aquello de la supervivencia, cuando los últimos de cada especie fueron mezclándose para no desaparecer. Lo que sí que sé seguro es que los ejemplares más mayores pueden alcanzar un color blanco puro.
Sus alas se asemejan a las de un murciélago, él dice que es debido a la Genética (con mayúscula, pues le tiene un gran respeto a la ciencia y la biología). No sé qué tendrá que ver. Supongo que como muchos de sus antepasados trasnochaban con dichos mamíferos alados en las tabernas-grutas de Transilvania y a saber cómo acababan esas noches, puede ser que la Genética sí tenga algo que ver.
Lyodrán es un dragón Magnus Occidental, es decir, un dragón europeo, con lo cual le gustan las montañas, las ramas de los pinos (los más jóvenes), pero sobre todo las cuevas, cerca de la costa si han nacido en el Mediterráneo, pero siempre alejados de los seres humanos, salvo que tengan un defecto en la Genética y prefieran una casa adosada con calefacción como la mía, frente al mar y a unos pasos de la playa.
Lyodrán tiene carácter. Cuando se enfada utiliza las armas de las que fue dotado por Genética: llamas que nacen de su garganta, cola en punta de flecha y, sobre todo, su poderosa embestida con su apéndice nasal parecido al de un rinoceronte. Sólo lo utilizan los ejemplares mayores de edad y es un sedimento calcáreo que se deposita con el tiempo -más que sedimento yo creo que es su mala leche lo que se deposita-. Lyodrán es carnívoro y le gustan los chuletones de vaca, alternativa válida para no merendar seres humanos, lo cual haría si estuviera muy, muy desesperado o si el humano en cuestión fuera un auténtico gilipollas.
Hay una cosa que envidio de Lyodrán. Habla varios idiomas: el draconés, su lengua materna, y también inglés, francés, ruso y alemán. Yo creo que es por su facilidad para viajar: - "En un batir de alas me planto en San Petersburgo como me toques las escamas!"-, me suele decir. Pero otra cosa que les viene de la Genética es que los ejemplares de avanzada edad como Bilthor, su abuelo, se niegan a hablar en cualquier idioma que no sea el latín; o sea, que dentro de unos años me veo repasando a los clásicos como Virgilio para aprender la lengua madre de casi todas las lenguas.
Lyodrán tiene una pasión: le encanta buscar conchas de almejas en la playa. No hablamos mucho sobre esta afición suya pero a veces, cuando me deja que le acompañe, veo en sus ojos de serpiente un destello de felicidad. Creo que se debe a dos cosas: porque le gusta el mar y sentir la arena en sus pezuñas y porque en las almejas admira la existencia de seres vivos muchísimo más pequeños que él y tan distintos en su sencillez.
Es un ser independiente, a veces desaparece durante días para meditar, aunque yo sospecho que existen otros motivos que me oculta.
Bien, creo que tiene derecho a su intimidad así que supongo que algún día me contará qué demonios tiene esa cueva que lo retiene durante un tiempo sin dar señales de vida.
Lyodrán es un dragón y es tremendamente testarudo y a veces incontrolable. Es terco y vanidoso y se cree guapo, no sabe lo que son los espejos, el muy tonto.
Es tonto, pero le quiero.

domingo, 8 de marzo de 2009

Y CON ÉL LLEGÓ EL CAOS


No hace muchos días llegó a casa un sobre comercial con publicidad de una marca de sobras conocida. Entre las muchas ofertas que me ofrecían había una encuesta en la que se me preguntaba cuántos miembros formábamos la unidad familiar. Bien, pregunta fácil: mi madre, mi perro Kai, Lyodrán y yo.
Espera... no puedo justificar a un perro como miembro de mi familia, y menos aún a un dragón, porque, San Jorge me asista, Lyodrán es un dragón y forma parte de mi familia (chistosos, incrédulos, intolerantes, pueden dejar de leer esto e irse a youtube a ver el último vídeo de moda, que para mí ya supone un trauma el tener que compartir techo y comida con un animal de esta especie).
Bien, el caso es que debido a la llegada de esta inoportuna correspondencia, mi consciencia despertó ante la realidad y deduje que no podía ocultar por más tiempo a este magnífico animal que vive conmigo. Así me lo planteó también Lyodrán:
-O me presentas en sociedad o desaparezco y me voy a la Tierra Media.
Tentada estuve de escoger la segunda opción y si no lo hice fue porque Kai intercedió por él, ya se sabe, la solidaridad entre animales, yo te apoyo pero me quitas al gato de la vecina de encima y le chamuscas los bigotes, y el domingo p'al aperitivo te dejo picotear mis "Dog Chows", etc., etc.
Le pedí a Kai que no se metiera en asuntos que no le incumbían y que fuera a perseguir al gato de la vecina que estaba clamando venganza desde el patio trasero, a la vez que reclamaba que se le financiara una buena dosis de bótox para arreglarse los bigotes y, a cambio, prometía retirar la denuncia interpuesta en la protectora de animales.
Cuando me hube quitado a Kai de enmedio continué mi conversación con Lyodrán:
-Escucha, le dije. No puedes salir a la luz. Hoy en día ya nadie cree en dragones. A decir verdad creo que nunca nadie creyó en vuestra existencia.
Lyodrán, echando humo por sus fosas nasales respondió:
-Te equivocas, aquellos que poseen una mente despierta y un corazón inocente han creído siempre en nosotros.
-Nadie os ha visto nunca -respondí.
-Los niños nos ven, tú nos ves. - Lo dijo pegando su hocico ahumado a mi boca.
-Ya no soy una niña. -Lyodrán se alejó unos pocos centímetros de mi cara para mirarme con detenimiento y dijo con solemnidad:
-Tu cuerpo ha envejecido, no así tu alma que aún guarda la ilusión de que aquello que imaginas puede existir.
-Aún así...- yo no podía dejar de dudar, dudar, dudar...
-Espera, -rugió el animal-, te propongo un trato: tú me sacarás a la luz, hablarás de mí como si fueras yo y yo, a cambio, escribiré cosas como si fueras tú.
-Un poco retorcido lo que propones.
-Puede ser, pero así nadie podrá saber si tú eres yo, si yo soy tú, si tú eres tú y no eres yo, o si yo soy yo y no soy tú.
-Me estoy mareando...-por San Jorge, cómo me daba vueltas la cabeza. Bien, respondí voy a confiar en tí y será mejor que no des al traste con este acuerdo, del que estoy en desacuerdo por no decir que no entiendo ni jota.
Lyodrán tomó aire y lo dejó salir muy despacio por la nariz, formando pequeños círculos de humo que iban agrandándose a medida que se elevaban hacia el techo y mirándome fijamente me dijo:
-Te voy a decir una cosa -y salió una gran humareda de su boca, señal de que perdía la paciencia y estaba a punto de lanzar llamas-; voy a mostrarme al mundo y tú estarás conmigo, pase lo que pase!
Lo miré fijamente y dando un traspiés a causa del mareo le respondí:
-Bien, que San Jorge me ampare!. Lidiar contigo no es nada fácil, pero creo que sí, que será mejor darte a conocer... y el que no crea, al carajo con él.
Y así fue como decidí sacar a Lyodrán a la luz.......



Tantas veces importa más el fuego del Dragón
Que la sal en la herida olvidas
Pero la cicatriz te recuerda
Los parches que existen en el corazón

La que vive conmigo

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Carolina
Soy occidental pero mi corazón es oriental. Soy humana pero soy El Halcón. Todo en mí es pura contradicción. Maiko en proceso de aprendizaje.
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Vive Dios que no ha pisado la Tierra bestia equiparable al poderoso Dragón en lo que a fuerza y majestuosidad se refiere, y pocas hay en ellas tan dignas de los diligentes estudios de los hombres sabios

Gildas Magnus, Ars Draconia

Y esto que les he escrito, podría ser suficiente para satisfacer a cualquier hombre razonable de que existen serpientes voladoras y dragones en el mundo

Edward Topsell, 1658

Temblad y sufrid la ira de los Dragones pues nada es más poderoso, majestuoso y bello que un Dragón a punto de destruirte con un solo soplido de fuego

La Vida comenzó con el Fuego.
Su guardián, el Dragón.
El Fin de los Tiempos comenzará con el Fuego...


Dominar el Cielo, guardar el Infierno.
Tan alta misión es propiedad del Dragón.
No existirá jamás criatura alguna en este mundo capaz de ello...


 

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